Capítulo 42
Floriana estaba en su oficina cuando recibió un correo inesperado de su mentor. La sorpresa se mezcló con una profunda emoción. Había pensado que su mentor ya la había olvidado.
Después de ver las fotos adjuntas, Floriana reunió valor para llamar a su mentor. El teléfono sonó tres veces antes de que alguien contestara.
-Señorita Floriana –dijo, apretando el teléfono con fuerza-, soy yo…
-El señor Jiménez está actualmente con un invitado muy importante.
Floriana hizo una pausa, confundida.
-¿Eres Floriana, verdad? -la voz del otro lado sonaba arrogante-. ¿Viste las fotos de la
escultura?
Aunque no sabía quién era, asumió que debía ser alguien de confianza para su mentor.
-Sí, las vi. ¿Y tú eres…? -preguntó Floriana con calma.
-Lisandro Villar–se presentó-. Ahora soy el estudiante más prometedor del señor Jiménez.
Floriana sintió una ligera punzada de desagrado.
-El señor Jiménez predijo que llamarías. Me pidió que te dijera que el equipo nacional de arqueología ha descubierto recientemente una tumba antigua. Los artefactos encontrados están bastante dañados y necesitan restauradores con gran talento y pericia.
Floriana escuchó atentamente.
-El señor Jiménez dice que, aunque ambos somos talentosos, tú no tienes mi ambición. Así que quiere evaluar tus habilidades actuales antes de decidir.
-¿Las fotos de la escultura son mi oportunidad para demostrar mi habilidad, cierto?
-Exacto. Aunque puedes rechazarlo, el señor Jiménez no te obliga.
-Estoy dispuesta -respondió Floriana con firmeza-. Envíame los artefactos.
-Son muy valiosos, debo llevarlos personalmente. Además, el señor Jiménez quiere que supervise tu trabajo.
-Está bien -dijo Floriana-. Agrégame a WhatsApp y te paso mi dirección.
El hombre del otro lado soltó una risa.
-Vaya, qué fácil es para ti dar tu WhatsApp a un desconocido, ¿eh, maestra?
Floriana sintió una leve incomodidad, a pesar de que su voz era agradable. Respondió con frialdad que era solo por trabajo y colgó.
Después de unos minutos, Floriana abrió WhatsApp. Lisandro ya había enviado una solicitud de amistad. La aceptó, agregó su nombre y le envió la dirección de su estudio.
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Capitulo 42
Lisandro respondió con un gesto de ‘ok‘.
Floriana: [¿Cuándo vienes?]
Lisandro: [¿Tienes prisa?]
Floriana frunció el ceño, conteniendo su impaciencia mientras escribía: [Solo quiero confirmar la hora para organizar mi tiempo.]
El otro lado estaba escribiendo…
Después de aproximadamente un minuto, llegó la respuesta.
Lisandro: [Llego pasado mañana.]
Floriana: [Está bien, hablamos entonces.]
Lisandro envió otro ‘ok‘.
Terminaron de chatear.
Floriana apagó la computadora, se levantó, tomó su bolso y salió de la oficina.
Al salir de su estudio, Floriana abrió una aplicación para pedir un carro. Era una noche fría, casi las diez, y el viento cortante cruzaba la calle.
Un elegante carro negro se acercó y se detuvo frente a ella. Floriana, distraída con su teléfono,
levantó la vista.
La ventana del copiloto del carro se bajó lentamente. Valentín, en el asiento del conductor, la miraba de reojo.
-Sube.
Floriana frunció el ceño, una expresión de desdén cruzó su rostro. Ni siquiera se molestó en responderle, simplemente se dio la vuelta y caminó hacia la parada de autobús.
Tan pronto como llegó, el carro que había pedido llegó también. Floriana abrió la puerta y .subió.
El carro se dirigió al hospital, seguido de cerca por el elegante carro negro…
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