Capítulo 47
En medio del sopor, Floriana percibió un aroma familiar.
-¡Cof, cof!
Se llevó la mano al cuello adolorido mientras abría lentamente los ojos.
El interior del carro estaba oscuro, y las luces de la calle se filtraban a través de las ventanas.
Entre luces y sombras, Floriana se dio cuenta.
Era el carro de Valentín.
Se incorporó rápidamente, mirando al asiento del conductor.
Valentín la observó a través del espejo retrovisor.
-¿Despertaste?
Floriana comenzó a recordar lo que había ocurrido antes de desmayarse…
Así que la última persona que vio fue… ¿Valentín?
Pero, ¿cómo es que Valentín…?
-¿Cómo te sientes ahora? -la voz grave de Valentín resonó en el carro, sacándola de sus pensamientos.
Floriana se tocó el cuello. Dolía bastante. No necesitaba ver para saber que estaba amoratado. La familia Sagel había terminado criando a Isaac como un segundo Óscar.
No estaba triste por eso.
Había crecido en el campo con su abuelo. Aparte de las visitas ocasionales de su madre, la familia Sagel siempre la había ignorado.
Si no fuera porque su abuelo murió cuando ella tenía dieciocho, la familia Sagel nunca se habría molestado en llevarla de regreso.
Por supuesto, luego la familia Sagel, en busca de beneficios, la obligó a asistir a diversas fiestas de la alta sociedad apenas ingresó a la universidad, con la excusa de que era para que conociera el mundo. En realidad, pensaban en casarla.
Mientras la otra parte tuviera suficiente poder, aunque fuera un hombre de cincuenta años recién enviudado, la familia Sagel le habría hecho casarse con él.
Floriana todavía recordaba la noche en que se negó a casarse. Isaac, de diecinueve años, le dijo: -Floriana, ¿sabes cuánto ofrece Amaru de dote? ¡Cinco millones! Papá dijo que con ese dinero me comprarían un Maybach. ¡Solo cásate!
Desde ese momento, Floriana dejó de tener expectativas en Isaac, su hermano.
Capitulo 47
Si no fuera por su madre, ¿para qué habría venido hoy a soportar todo esto?
En el cruce de caminos, el semáforo se puso en rojo y el carro se detuvo lentamente.
Floriana permaneció en silencio.
Valentín la miró de nuevo.
-¿Estás muy incómoda?
Floriana reaccionó, levantando la vista para encontrarse con su mirada.
La luz dentro del carro era tenue, y no podía ver bien la expresión de Valentín.
–
-Estoy bien respondió, y luego preguntó-: ¿Por qué estabas ahí?
Valentín soltó una leve risa.
-¿Qué crees tú?
Floriana guardó silencio.
En el fondo, sabía que Valentín había ido a buscarla. No era la primera vez que la ayudaba.
Pero esta vez, Floriana no quería hacerse ilusiones.
Pensó que Valentín la había rescatado porque temía que si se moría antes de que finalizaran el divorcio, él quedaría como viudo, algo que no es muy auspicioso.
-No importa la razón, me salvaste y eso es un hecho. Gracias -dijo Floriana con seriedad.
Valentín sonrió apenas, y cuando la luz cambió a verde, pisó el acelerador.
El Maybach avanzó.
Floriana miró por la ventana, frunciendo el ceño.
-¿A dónde me llevas?
-Al hospital.
Floriana se quedó sin aliento.
Si iban al hospital y descubría que estaba embarazada…
-¡Estoy bien! -exclamó Floriana, nerviosa—. No quiero ir al hospital.
Valentín no disminuyó la velocidad, solo comentó:
-Es mejor que te revisen.
-Conozco mi cuerpo -insistió Floriana-. ¡Detén el carro, quiero bajar!
Valentín frunció el ceño, mirándola a través del retrovisor.
-¿Por qué parece que le tienes miedo al hospital?
BANK
16:57
Capítulo 47
-¿A quién le gusta el hospital? -Floriana estaba muy nerviosa y su tono era agudo-. ¡Valentín te dije que detuvieras el carro!
Aunque había decidido no tener al bebé, temía que Valentín, como muchos hombres poderosos valorara mucho su descendencia.
¿Qué pasaría si descubriera que estaba embarazada y la obligara a tener el bebé?
En las familias poderosas, no era raro que se quedaran con el bebé y dejaran ir a la madre.
Floriana no quería ser una herramienta de procreación, y menos que su hijo creciera en una familia incompleta sin su madre…
Pensando en esto, su emoción se intensificó.
-Valentín, lo diré una vez más, ¡no quiero ir al hospital! ¡Detén el carro! ¡Quiero bajar!
Era la primera vez que Valentín la veía tan alterada.
Reduciendo la velocidad, dijo:
-Tranquila, solo te haré un chequeo y me iré.
-No es necesario -respondió Floriana con frialdad-. No olvides que ahora eres el novio oficial de Tatiana, cualquier cosa que hagas puede ser captada por los paparazzi. ¿Quieres que se repita lo que pasó la última vez?
-Lo de la última vez fue un accidente, no volverá a suceder.
Floriana no sabía de dónde sacaba Valentín tanta confianza.
Los paparazzi siempre estaban dispuestos a lo que sea por un poco de fama.
Si Valentín seguía viéndola con el título de novio de Tatiana, los rumores y difamaciones
volverían.
Pero lo más importante ahora era que no podía dejar que Valentín la llevara al hospital.
-Valentín, ¿acaso piensas que si eres amable conmigo, voy a volver a ser la niñera gratuita para ti y Tatiana?