Capítulo 51
Dos horas después, Lisandro terminó de recibir los líquidos intravenosos y se sentía mucho mejor.
El médico sugirió que se quedara en el hospital, pero Lisandro se negó.
Finalmente, el médico le recetó algunos medicamentos y le indicó que los próximos días debía seguir una dieta ligera.
Mientras Floriana fue a recoger los medicamentos, Valentín llamó
Fueron tres llamadas seguidas, pero Floriana no contestó ninguna.
Valentín entonces envió un mensaje.
[Rafael te extraña.]
Floriana miró el mensaje, dudó un momento, pero finalmente devolvió la llamada.
El teléfono sonó brevemente antes de que Rafael, con su voz infantil y emocionada, respondiera: ¡Mamá!
Floriana le contestó con dulzura: -Rafael, ¿has sido un buen niño?
-¡He sido muy bueno! Pero, mamá, no me has llamado en varios días -se quejó Rafael—. Dijiste que aunque estuvieras de viaje, me llamarías y haríamos videollamadas seguido.
-Lo siento, Rafael, estos días he estado realmente ocupada.
-¡Hmm! -Rafael mostró su descontento-. Mamá, antes no eras así. No me olvidabas aunque estuvieras muy ocupada. ¿Ya no me quieres tanto como antes?
Las recientes situaciones tenían a Floriana al borde, pero al recordar su promesa a Rafael, intentó calmarlo.
-Rafael, perdóname, te sigo queriendo igual. Es solo que no he tenido tiempo estos días para hacer videollamadas.
-Papá también está muy ocupado. Es un abogado muy importante, pero aun así, viene al hospital todos los días a verme. Mamá, ¿acaso tu trabajo es más importante que el de papá como para que te olvides de mí?
Floriana apretó los labios y frunció el ceño levemente.
Era cierto que Rafael era pequeño y no entendía, pero sus palabras la hicieron sentir un poco desplazada. Antes, Rafael nunca le habría hablado así.
Cuando comenzó su estudio, Floriana estaba tan ocupada que a veces incluso enfermaba por el cansancio, dejando a Rafael con la familia Ferrer. Aunque a Rafael no le gustaba mucho, siempre prometía portarse bien y dejar que ella se recuperara antes de recogerlo…
Pero ahora Rafael parecía haber cambiado.
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Captulo 51
-¿Mama? -la voz de Rafael sono impaciente al no recibir respuesta- ¿Me estás escuchando?
-Si, te escucho -respondió Floriana, volviendo en si-. Rafael, sé un buen niño. Te traeré un regalo cuando regrese.
-¡No quiero regalos! -protestó Rafael-. Lo que más extraño es tu comida. No estoy contento sin tus platillos estos días.
-Está bien, cuando vuelva, te cocinaré muchas cosas ricas. ¿Ya no estarás enojado?
-¡Quiero que cocines mucho! -insistió Rafael-. Quiero comer estofado de cerdo y pollo teriyaki.
-De acuerdo.
-¿Cuándo vas a volver?
Floriana pensó un momento y dijo: -En aproximadamente una semana.
-¿Tanto tiempo? -Rafael se enfadó-. ¡Ya han pasado varios días! Dijiste que solo serían unos pocos, ¡y hoy es el quinto!
Justo cuando Floriana iba a responder, Lisandro la llamó.
-Rafael, tengo una emergencia. Sé obediente y cuando regrese, te prepararé todo lo que
quieras.
Con estas palabras, colgó el teléfono.
Después de recoger los medicamentos, Floriana regresó a la sala de emergencias.
Lisandro estaba sentado en la cama del hospital, su cara pálida y el ceño fruncido mientras miraba a Floriana. -¿Te tardaste tanto solo para recoger unas medicinas?
-Estaba atendiendo una llamada -dijo Floriana-. ¿Puedes caminar por tu cuenta?
-No soy tan débil -respondió Lisandro mientras se levantaba-. Aunque todavía estoy algo mareado, necesito que me lleves de regreso al hotel.
Floriana asintió: -Está bien.
…
En el estacionamiento subterráneo, Floriana y Lisandro subieron al carro.
El blanco Range Rover se dirigió hacia la salida del estacionamiento.
En el interior de una camioneta negra que iba detrás, Rafael, sentado en su silla de seguridad, frunció el ceño. -Qué raro, creo que acabo de ver a Floriana.
Tatiana le acarició la cabeza y le preguntó: -¿Extrañas a Floriana, amor?
-¡No es eso! -Rafael giró los ojos y sonrió-. Solo extraño su comida, ¡no pienses mal, mamá!
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16:59
Tatiana sanno con ternura
Rafael, los niños no deben mentir. No me enojaré porque extrañes a Floriana Después de todo, ella te cuidó durante cinco años. Es natural que le tengas cariño.
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