Capítulo 6
Valentín vestía un elegante traje negro, irradiando una presencia imponente y reservada.
Su mirada pasó de manera indiferente sobre el rostro de Floriana antes de fijarse en el rostro lloroso de Rafael.
-Rafael, ven aquí -dijo Valentín con un gesto de mano.
Al oírlo, las empleadas se sobresaltaron y rápidamente soltaron al niño.
Rafael corrió hacia Valentín inmediatamente.
-¡Papá! ¡Uuuh! ¡Papá, al fin llegaste!
Valentín le acarició la cabeza con una voz calma y profunda.
-Cuéntame, hijo, ¿qué pasó?
Antes de que Rafael pudiera responder, Tatiana se acercó.
Se secó las lágrimas del rostro y habló con una voz suave, cargada de un toque de autocrítica.
-Fue mi culpa por no prever esto. Aparecí de repente y Rafael no pudo aceptar de inmediato que yo soy su mamá. Se puso muy alterado.
-¡Tú no eres mi mamá! -gritó Rafael, empujando a Tatiana con fuerza-. ¡Eres una mala mujer! ¡No eres mi mamá!
Tatiana soltó un grito y, al perder el equilibrio por sus tacones, casi cae al suelo.
En el último momento, Valentín se adelantó y la sostuvo en sus brazos.
-¿Estás bien?
Tatiana puso un pie en el suelo, pero no pudo sostenerse bien.
-Creo que me torcí el pie, pero estoy bien. Lo más importante es Rafael y sus emociones.
Valentín frunció el ceño y, sin dudar, la levantó en brazos.
-Te llevaré al hospital para que te revisen.
Al girarse, se encontró con la mirada de Floriana.
Floriana tenía los ojos enrojecidos al mirarlo fijamente.
-¿Ella es realmente la madre biológica de Rafael?
-Sí, Tati es la madre biológica de Rafael -respondió Valentín, mirándola con firmeza.
Floriana no encontró rastro de remordimiento en su rostro.
Su corazón, helado y dolido, se hundió cada vez más.
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Capitulo 6
-Rafael escucha mejor tus palabras, llévalo a casa y habla con él -añadió Valentín antes de
subir al carro con Tatiana.
El carro negro se alejó de la familia Ferrer.
Floriana bajó la cabeza, sus ojos se llenaron de lágrimas, y sus labios pálidos se separaron mientras respiraba profundamente para contener las lágrimas.
-Mamá.
Rafael le tomó la mano a Floriana.
-Mamá, tus ojos están rojos. ¿Estabas llorando?
Floriana se agachó, acariciando la carita de Rafael, y le sonrió débilmente.
-Mamá no estaba llorando. Vamos a casa —dijo Floriana, levantándose y mirando a Estefanía-. Ya escuchaste lo que dijo Valentín.
Estefanía la miró con furia.
Aunque no estaba contenta, Valentín había hablado, y no podía seguir reteniendo a Rafael.
Después de todo, ahora que Tatiana había regresado, Valentín pronto se divorciaría de Floriana. En ese momento, Floriana ya no podría usar a Rafael para quedarse en la familia Ferrer.
Al pensarlo, Estefanía se sintió mejor.
En el camino a casa, Floriana intentó explicarle a Rafael quién era Tatiana.
Pero Rafael se mostraba muy resistente y, tras pocas palabras, comenzó a llorar nuevamente.
Floriana se sentía impotente y angustiada, por lo que solo pudo consolarlo.
Rafael, cansado de llorar, se quedó dormido antes de llegar a casa.
Floriana lo llevó a su habitación y lo acostó en su cama. Justo entonces, escuchó el sonido de un carro afuera.
Cubrió bien a Rafael antes de bajar las escaleras, donde Valentín acababa de entrar.
Sus miradas se encontraron, y el ambiente se tensó.
-¿Dónde está Rafael? -preguntó Valentín.
-Está durmiendo arriba.
Valentín asintió y pasó junto a Floriana, dirigiéndose al piso de arriba.
Floriana lo siguió con la mirada, apretando las manos a sus costados.
Dudó por un momento, pero finalmente decidió seguirlo.
Después de cinco años de matrimonio, con tantas noches compartidas, sentía que tenía
Capítulo 6
derecho a exigirle una explicación.
Valentín entró en la habitación de Rafael, lo tomó en brazos y se dispuso a salir.
-¿Adónde vas a llevar a Rafael? -preguntó Floriana desde la puerta.
-Tati tiene depresión, ahora necesita a Rafael -respondió Valentín antes de irse.
Floriana permaneció inmóvil, sorprendida.
No reaccionó hasta que el ruido del carro desapareció en la distancia.
Él iba y venía como si nada, sin dejarle siquiera la oportunidad de preguntar.
Floriana observó la casa vacía a su alrededor.
Y sonrió.
Sonrió hasta que las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.
En el exclusivo barrio residencial Arbolada, conocido por su sistema de seguridad y servicios, el carro negro llegó hasta la mansión ‘Casa del Jardín‘.
Dentro del carro, Rafael ya se había despertado.
Valentín lo sostuvo y le explicó que Tatiana era su madre biológica, mientras que Floriana solo había sido su madre adoptiva durante cinco años.
Rafael no se alteró, solo preguntó:
-¿Entonces ahora tengo dos mamás?
Valentín respondió con un leve “sí” y añadió:
-Tatiana sufrió mucho para traerte al mundo. Te ama mucho, así que debes disculparte con ella y llamarla mamá, ¿de acuerdo?
Rafael asintió obedientemente.
Al entrar, Tatiana estaba sentada en el sofá, con una manta cubriéndole las piernas y un vendaje grueso en el tobillo torcido.
Al verlos, Tatiana sonrió dulcemente.
-Valentín, Rafael, ya llegaron.
Rafael, de la mano de Valentín, levantó la mirada hacia él.
-Anda dijo Valentín, acariciándole la cabeza.
Animado, Rafael se acercó a Tatiana.
Tatiana le extendió los brazos.
-Rafael, ven, deja que mamá te abrace, ¿sí?
Rafael dudó un momento, pero finalmente se acercó.
Tatiana lo abrazó, y las lágrimas empezaron a caer.
-Cariño, perdóname. Mamá no quiso alejarse de ti. Durante estos cinco años, mamá pensaba
en ti todos los días…
Rafael, aún en sus brazos, se mantuvo rígido.
Percibía el perfume floral de Tatiana, tan distinto al suave aroma dulce de Floriana…