Capítulo 63
La manta que cubría a Floriana se deslizó y cayó sobre la nieve que cubría el suelo.
El frío la envolvía, haciéndola temblar. Floriana sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.
-Cuando Rafael te lanzó algo, lo primero que hiciste fue proteger tu vientre -dijo Valentín.
Al escuchar eso, Floriana dejó de respirar por un segundo.
No podía creer que Valentín fuera tan observador.
No por nada había sido padre antes; seguramente cuando Tatiana estaba embarazada, Valentín había aprendido mucho.
Pero, ¿qué importaba ahora si ella estaba embarazada o no? Ya había decidido no tener hijos.
Un niño que nunca llegaría a este mundo no era asunto de Valentín, ni él tenía por qué saberlo.
Floriana recuperó la calma, levantando la cabeza para mirar a Valentín.
Sus miradas se encontraron, y los ojos oscuros y agudos de Valentín parecían querer escudriñarla.
Sin desviar la vista, Floriana dijo con tranquilidad:
-Solo estoy con mi periodo y me duele un poco el vientre.
Valentín la miró, intentando descubrir alguna señal de mentira en sus ojos.
Pero Floriana estaba demasiado calmada.
-Más te vale no estar mintiendo -dijo Valentín con un tono cortante.
Floriana soltó una risa burlona.
-¿Qué? ¿Tienes miedo de que tenga un hijo tuyo y compita con Rafael por el puesto de heredero de la familia Ferrer?
-Floriana Valentín pasó suavemente su mano por su vientre plano-, lo mejor sería que no estuvieras embarazada.
-¡Estás loco! -exclamó Floriana mientras apartaba su mano con ira, intentando alejarse, pero su muñeca seguía atrapada en el agarre de Valentín.
-¡Valentín, suéltame!
Valentín no la soltó y, observando su expresión de enojo, continuó indagando:
-La última vez, cuando vomitaste en el hospital, dijiste que era un malestar estomacal. En realidad, era náuseas del embarazo, ¿verdad?
-¡No sé de qué hablas!
Al no poder liberarse, Floriana levantó la mano y le dio una bofetada a Valentín.
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Capítulo 63
-¡Paf!
El sonido de la bofetada resonó junto al aullido del viento y la nieve.
Valentín se quedó paralizado, sin esperar que Floriana llegara a golpearlo.
Aprovechando el momento, Floriana lo empujó, recogió la manta del suelo y se cubrió con ella.
Desde unos pasos de distancia, lo miró con frialdad.
-Valentín, ¿por qué crees que querría tener un hijo tuyo?
Valentín presionó con la lengua la mejilla donde había recibido el golpe, observando a la mujer a unos pasos de distancia.
La ventisca oscurecía su visión.
Escuchó la voz helada y sin emoción de Floriana:
-Entre nosotros solo hay un trato, ¿verdad? Si es así, ¿por qué sigues fantaseando?
-¿Por qué piensas que cuando me tratas como a una extraña, usándome y desconfiando de mí, querría yo tener un hijo contigo?
-Valentín, escucha bien, no estoy embarazada. Incluso si por accidente lo estuviera, no tendría al niño. Porque tú no mereces que te dé un hijo.
El rostro de Valentín se ensombreció poco a poco con las palabras de Floriana.
Ella lo miró con desdén y le preguntó:
-¿Ya has terminado de preguntar?
Valentín permaneció en silencio.
-He dicho todo lo que tenía que decir. No tengo nada de qué arrepentirme en lo que respecta a
nosotros.
-Valentín, espero que de ahora en adelante no tengamos nada que ver. Si nos encontramos por casualidad, será como si fuéramos extraños.
Floriana terminó de hablar, abrió la puerta del carro y subió sin dudarlo.
Esta vez, Valentín no la detuvo.
Se quedó parado ahí, su rostro severo escondido por la tormenta de nieve, y nadie podía ver su expresión.
‘Bang‘
La puerta del carro se cerró, aislando el viento y la nieve del exterior.
Floriana sacudió la manta para quitarle la nieve y su cuerpo, que había estado temblando, comenzó a relajarse.
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Capitulo 63
Mirando hacia adelante, con una expresión serena, dijo:
-Lulu, vámonos.
Luna echó un vistazo por la ventana.
El hombre no se movió ni intentó detenerlas.
Suspirando aliviada, liberó el freno y giró el carro.
El vehículo avanzó, poco a poco desapareciendo en la tormenta de nieve.