Capítulo 79
-¡Perro guardián!-pensó Floriana, sintiendo cómo un rayo de temor atravesaba su corazón.
Sin embargo, sabía que en situaciones como esta, lo peor que podía hacer era entrar en pánico. -¿Joaquina realmente pensó que vendría sin ninguna preparación?
Al escuchar estas palabras, Joaquina frunció el ceño.
-¿Qué quieres decir con eso?
Floriana sonrió, pero su sonrisa no era cálida.
-He grabado cada llamada que Isaac me ha hecho en estos días. Antes de venir a la familia Sagel, pasé por la comisaría y presenté una denuncia, entregando las grabaciones. Si hoy algo me pasa en la familia Sagel, Isaac será el principal sospechoso. Y ustedes, todos los presentes, no podrán escapar de esto.
Al decir esto, todos los miembros de la familia Sagel quedaron boquiabiertos.
¡Floriana había previsto esta jugada!
Carmen, furiosa, exclamó:
-¡Maldita! ¡No es de extrañar que en la universidad haya podido embaucar a Valentín para que la defendiera en el juzgado! No vino a pedir ayuda, ¡vino a tendernos una trampa a la familia Sagel!
Los otros miembros de la familia Sagel estaban igualmente enfurecidos, señalando a Floriana con indignación:
-¡La familia Sagel crio a una traidora! ¿Floriana, no descansarás hasta vernos destruidos?
-¡Nunca debimos dejar que el viejo te criara, debimos abandonarte en las montañas para que te las arreglaras sola!
-ilsaac es tu hermano! ¡Y aun así lo traicionas! ¡Floriana, eres tan malvada que no tendrás un buen final!
Floriana escuchaba aquellas palabras, pero las consideraba mero ruido.
Se mantenía allí, sola, con su abrigo blanco manchado de sangre. Estaba en una situación lamentable, pero su espalda seguía recta.
Con la sangre nublándole la vista, levantó una mano para limpiarse, manchándose aún más.
Con una mirada desafiante, mostró su mano ensangrentada a todos.
-Con este nivel de lesiones, debería ser suficiente para acusarlos de agresión.
-¡Tú!-gritó Joaquina, su rostro anciano contorsionándose de rabia–¡Eres una manipuladora
astuta!
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Capítulo 79
-Cuando uno pelea con bestias sin corazón, necesita usar un poco de astucia para
sobrevivir–replicó Floriana, su mirada helada recorriendo a cada uno de los presentes, antes de volver a fijarse en Joaquina.
-Joaquina, Isaac es la única esperanza de la familia Sagel. Piénsalo bien, ¿realmente quieres arriesgar su futuro por una supuesta hija indeseada?
Joaquina la miraba con odio.
Floriana le devolvía la mirada, pero a diferencia de la furia de Joaquina, su actitud era fría y
calculadora.
Era evidente que había anticipado cada paso de ese día.
Isaac bajó las escaleras y se detuvo frente a Floriana.
-¿Crees que porque dices que tienes grabaciones te voy a creer?-soltó Isaac con desdén-. Floriana, deja de jugar a la psicología conmigo. Te aviso que, aunque hayas grabado y denunciado, no me preocupa. Aquí nadie va a testificar a tu favor.
Isaac la miraba con ojos llenos de odio.
-¡Si mueres, no habrá pruebas!
-¿Ah, sí?-Floriana sonrió-. Isaac, ¿olvidas cuando intentaste atropellarme?
Isaac frunció el ceño.
Al ver su expresión, Floriana supo que había tocado un punto débil.
-Vivimos en una sociedad de leyes. Los delitos dejan huella, y ante la ley, eres un reincidente.
Floriana levantó la mano y limpió la sangre en el limpio traje de Isaac.
-Pareces tan civilizado, pero tus acciones son las de una bestia.
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