Capítulo 85
Rosa se quedó sorprendida al ver a Tatiana. Recordó cómo antes había confundido a Tatiana con la señora Ferrer y se sintió culpable por su hija. Cuando su hija estaba siendo atacada en línea, ella incluso había llegado a disculparse con Tatiana…
Los recuerdos eran claros y nítidos en su mente. Rosa apretó levemente el regalo de Año Nuevo que llevaba en la mano. No era de naturaleza confrontativa, però frente a alguien que había interferido en el matrimonio de su hija, sentía una profunda aversión.
-No estoy familiarizada con usted, señorita Zelaya. Es mejor que me llame señora Jaramillo -dijo Rosa con un tono cortante.
El rostro de Tatiana se tensó brevemente, pero luego adoptó una expresión de confusión e inocencia. Señora Jaramillo, ¿qué pasa? La última vez que hablamos, nos llevamos bastante bien, ¿no es así?
-La última vez no sabía que eras… -Rosa detuvo sus palabras de golpe, girando la cabeza para mirar a Ángela, que estaba junto a la puerta.
-Ángela, deja las cosas aquí y espera afuera. Tengo unas palabras que intercambiar con el
señor Ferrer.
Ángela asintió, dejó el regalo de Año Nuevo y salió hacia la recepción para esperar a Rosa.
Rosa miró a Tatiana-. Señorita Zelaya, le agradecería que también saliera un momento.
Tatiana frunció el ceño, sus hermosos ojos mostraban cierta tristeza-. Señora Jaramillo, ¿está
teniendo un mal día?
Rosa sintió que la ira la consumía. Su propio matrimonio había sido destruido por un tercero, y ahora su hija parecía estar en el mismo camino…
Cuanto más lo pensaba, más enfadada se sentía. Decidió dejar de lado las formalidades.
-Señorita Zelaya, Flori me ocultó todo esto para mantener las apariencias, pero no olvide que Flori y el señor Ferrer todavía no se han divorciado. ¡Siguen siendo una pareja legal! Como tercera en discordia, deberías tener un poco de vergüenza.
Al escuchar esto, Tatiana se quedó perpleja y su rostro perdió color.
-Señora Jaramillo… -susurró, con los ojos al borde de las lágrimas-. Las cosas no son como usted piensa…
-No quiero involucrarme más contigo.
Rosa interrumpió las explicaciones de Tatiana y se dirigió a Valentín-. Señor Ferrer, siempre te he tenido en alta estima y nunca dudé de tu integridad hasta que Flori me confesó todo. Siempre deseé lo mejor para ti y la señorita Zelaya, pero la verdad es que traicionaste a Flori…
La voz de Rosa se quebró y tuvo que respirar hondo para calmarse.
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Capítulo 85
Valentín frunció el ceño, sus ojos oscuros fijos en Rosa.
-Lo que sucede entre Floriana y yo no se puede explicar en pocas palabras. Entiendo que le duela por su hija, pero Tati no tiene la culpa en esto, ella…
El teléfono en la mano de Valentín vibró nuevamente. Era una llamada del equipo de
investigación sobre un caso que estaba manejando.
-Disculpe, debo tomar esta llamada.
Valentín salió de la oficina con el teléfono en la mano.
Rosa frunció el ceño, viendo la actitud de Valentín, sintió que tal vez no debería haber venido
hoy.
Dejó el regalo de Año Nuevo sobre la mesa y se dio la vuelta para irse.
-¿Ya se va, señora Jaramillo?
Rosa se detuvo y miró a Tatiana. Por alguna razón, la cara de Tatiana le resultaba cada vez más familiar…
-Entiendo que después de haber pasado cinco años en prisión, señora Jaramillo, hay muchas cosas que no sabe -dijo Tatiana acercándose, bajando la voz con suavidad-. Pero antes de enojarse, permítame contarle la historia.
Rosa la miró con el ceño fruncido.
-Hace años, Valentín y la señorita Sagel hicieron un acuerdo matrimonial. Se casaron en secreto para que Valentín pudiera representarla legalmente. El acuerdo era para criar juntos a Rafael como una pareja legal.