Capítulo 96
-Floriana, ahora no estás tranquila, no voy a discutir contigo.
Valentín, aparentemente resignado, dejó el tazón de sopa de cebolla sobre la mesa y llamó a Rafael con un gesto de mano.
-Rafael, ven aquí.
Rafael miró a Floriana con incertidumbre antes de dirigirse hacia Valentín.
Al llegar junto a él, Rafael agarró su mano y preguntó con cautela:
-Papá, ¿mamá parece estar muy enojada? ¿Se pelearon?
-No estamos peleando -respondió Valentín mientras despeinaba cariñosamente el cabello de Rafael-. ¿Por qué no subes a jugar un rato?
Rafael realmente no quería irse, pero podía sentir que el ambiente estaba tenso, y además, Floriana estaba actuando muy distante con él. Eso le molestaba, porque Floriana nunca había sido así con él.
Sin embargo, no se atrevía a protestar, pues Floriana parecía muy enfadada. Con los labios fruncidos y un aire de tristeza, Rafael asintió.
-Está bien, pero papá, hablen bien y no peleen, ¿sí?
Valentín le sonrió.
-Lo sé.
Rafael subió las escaleras, mirando hacia atrás a cada paso. Una vez en el segundo piso, corrió a su habitación y llamó a Tatiana con su reloj telefónico…
Abajo, Valentín golpeó la mesa suavemente.
-Te preparé un poco de sopa, deberías tomar algo.
Floriana soltó una risa desdeñosa.
-No tengo intención de tomar lo que preparaste. Lo único que quiero ahora es irme de aquí.
Valentín entendía que estaba molesta y que no aceptaría su preocupación ni un poco. Se pasó la mano por el rostro, suavizando su tono.
-Ya hablé con Guillermo, él contactó a Luna. Esta noche te quedarás aquí y mañana te llevaré de regreso.
-¿Por qué debería? -la actitud de Floriana era firme-. Valentín, no tienes derecho a decidir por mí. ¡Quiero irme ahora mismo!
Valentín frunció el ceño.
-Es muy tarde. Rafael no ha dormido, ha estado pendiente de ti toda la noche. ¿De verdad
1/2
quieres hacerlo sentir mal?
-¡Él es tu hijo con Tatiana!
El tono de Floriana se elevó, su pecho subía y bajaba rápidamente.
-He cuidado de ese niño por cinco años, ya he hecho suficiente. No olvides que estamos en proceso de divorcio, no tengo ninguna obligación con Rafael.
Valentín escuchó sus palabras, y su expresión se volvió sombría.
-Floriana, aun estando enojada, no deberías decir eso. Rafael te considera su madre de verdad. —¿Ah, sí? -Floriana soltó una risa cínica. ¿Y si le pidiera que escogiera entre Tatiana y yo? ¿A quién crees que elegiría?
-Eso es absurdo -respondió Valentín firmemente-. Tatiana es su madre biológica, y eso no cambiará.
-Sí, respeto eso la voz de Floriana era cortante-. Así que, por favor, dile a Rafael que su única madre es Tatiana. No quiero que vuelva a llamarme mamá.
Valentín la miró fijamente.
-¿Quieres cortar los lazos con Rafael?
-Sí, quiero…
-¡No! ¡Mamá, no puedes dejarme!
Desde el rellano de la escalera, Rafael gritó, corriendo escaleras abajo.
-Rafael, no corras, es peligroso…
Antes de que Valentín pudiera terminar, Rafael tropezó y cayó por las escaleras.
-¡Rafael!
Valentín corrió a recoger a Rafael del suelo.
Rafael ya estaba inconsciente, y había un rastro de sangre en la parte trasera de su cabeza…
18:39