Capítulo 97
Era la una de la madrugada del primer día del año cuando llevaron a Rafael a la sala de emergencias.
El doctor de guardia revisó la herida, su expresión era grave. Comentó que la herida era profunda y que posiblemente había afectado el hueso.
Floriana estaba parada en la puerta de la sala de emergencias, observando cómo Valentín, con el rostro serio, hablaba por teléfono. La preocupación y el pánico en sus ojos eran evidentes para Floriana.
Nunca se habría imaginado que las cosas llegaran a este punto. Aunque tenía resentimientos, nunca había pensado en hacerle daño a Rafael. Había cuidado de él durante cinco años. Enfermarse o resfriarse era común, pero accidentes graves eran muy raros. Este era el golpe más serio que había sufrido desde su nacimiento, y Floriana no podía evitar sentirse afectada. Después de todo, ella lo había criado, y él la había llamado “mamá” durante cinco años. Ahora, por una palabra suya, estaba gravemente herido en la sala de emergencias…
A pesar de los errores de Tatiana y Valentín, Rafael seguía siendo solo un niño, inocente. Floriana colocó instintivamente su mano sobre su propio vientre, sintiendo un dolor punzante en el corazón. No podía ser dura con Rafael, pero siempre había sido fría con sus propios hijos. Desde que supo de su existencia, parecía que siempre los había estado dejando ir…
Sin embargo, si Rafael es inocente, ¿qué hay de sus hijos? ¿Acaso no son también inocentes?
Floriana cerró los ojos con dolor, sintiendo que su corazón se desgarraba. Su madre se había ido, y pronto estos dos niños también lo harían. Ella se quedaría sola en este mundo, sin ningún familiar…
Con lentitud, Floriana se dio la vuelta, solo para sentir cómo alguien le agarraba la muñeca.
-¿Te vas a ir? -La voz del hombre era fría y llena de enojo.
Floriana frunció el ceño y se giró, enfrentándose a la mirada de reproche de Valentín. Su expresión era impasible, y sus ojos mostraban un vacío absoluto.
Valentín la miró con aún más frialdad.
-Rafael se lastimó por tu culpa, y todavía está en la sala de emergencias.
Floriana no tenía intención de irse en ese momento; al menos esperaría hasta que Rafael estuviera fuera de peligro. Solo se sentía cansada y quería encontrar un lugar para sentarse y esperar. Pero no tenía intención de explicárselo a Valentín. No veía la necesidad.
Floriana se liberó de la mano de Valentín y se dirigió a un asiento cercano, donde se sentó con los brazos cruzados, la mirada perdida en algún punto indefinido, lejos de Valentín.
Valentín notó que estaba vestida con ropa ligera. Frunció el ceño, se quitó la chaqueta y se acercó a ella.
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Capítulo 97
Una sombra la cubrió, y antes de que Floriana pudiera reaccionar, sintió el peso de la chaqueta
en sus hombros. La chaqueta negra larga, cálida con el calor del cuerpo de Valentín, la envolvía.
Floriana levantó su mano para quitarse la chaqueta, pero Valentín, como si lo hubiese anticipado, presionó suavemente sus hombros.
-Por más enojada que estés, no tiene sentido castigar a tu propio cuerpo.
Floriana se detuvo.
-¡Valentín!
Tatiana se acercó corriendo, visiblemente preocupada.
Valentín retiró las manos y se volvió hacia Tatiana.
Tatiana tropezó ligeramente y casi cayó, pero Valentín la sostuvo justo a tiempo. Luego alzó la vista hacia Mohamed Zelaya, el hermano de Tatiana y tío de Rafael, que había acompañado a
Tatiana.
-¿Romeo ya está aquí? -preguntó Valentín.
-Ya entró–respondió Mohamed, lanzando una mirada a Floriana y luego volviendo su atención a Valentín-. ¿Esa es la madre adoptiva de Rafael?
Valentín captó el tono implícito en sus palabras y frunció ligeramente el ceño.
—No tiene nada que ver con ella, fue un accidente.
Mohamed esbozó una sonrisa ligera.
-Mientras Rafael esté bien, todo se puede resolver.
El rostro de Valentín se endureció.
-¿Es una amenaza, señor Zelaya?
Mohamed ajustó sus gafas de montura dorada con una sonrisa.
-Pensé que tenías suficiente confianza en Romeo.
Después de decir esto, hizo una pausa, observando el rostro sombrío de Valentín, y levantó una ceja.
-¿Nuestro gran señor Ferrer está… perdiendo la calma por preocupación?
Mohamed, a pesar de su apariencia sofisticada, tenía un par de ojos marrones que le daban
una sensación de frialdad y rebeldía. Valentín había tratado con él en unas pocas ocasiones y sabía que era extremadamente protector. Tal como ahora, Mohamed no mostraba consideración por ningún tipo de cortesía, y desde el principio había llegado a amenazarlo y provocarlo.
Valentín entrecerró los ojos,
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-Eres un hermano muy protector.