Capítulo 99
-Flori, feliz año nuevo. Cuando escuches esta grabación, mamá probablemente ya no estará aquí… Hmmm, parece que tengo mucho que decir, pero no sé por dónde empezar…
-Primero, quiero pedirte perdón por despedirme de esta manera. Soy una cobarde, huyendo de mis responsabilidades y dejando todos los remordimientos a ti… No he sido una buena madre. Cuando eras pequeña, no pude protegerte. Ahora que te has convertido en una persona increíble por tu propio esfuerzo, no solo no puedo ayudarte, sino que me he convertido en una carga para ti. Flori… Soy inútil, pero lo único que me consuela es haber tenido una hija como
tú…
-Ese día, vi en tu abrigo un informe médico. Me enteré de que serás mamá, con gemelos. Lo mantuviste en secreto, supongo que tienes tus razones. Sin embargo, no puedo evitar preocuparme. Fui a buscar a Isabel, la persona en el informe, y me dijo que planeas interrumpir el embarazo, pero eso podría impedirte ser madre en el futuro…
-Flori, no intervendré en tu decisión sobre los niños. Si decides tenerlos, pensé en los nombres Serena, Esperanza, Félix y Alejandro, para que tengan una vida tranquila y feliz. Si eliges el procedimiento, rezaré a los cielos para que todo salga bien. Y en la Montaña de la Luna en Arbolada hay una iglesia que dicen es muy milagrosa. Antes de la operación, recuerda
visitarla…
-Flori, el hogar que preparaste para nosotros es acogedor, no quiero que se convierta en un lugar de tragedia. Dicen que el Río Azul lleva al mar abierto. Toda mi vida he estado atrapada por los intereses familiares y las leyes matrimoniales… Ahora, finalmente puedo ser libre. Quiero dejarme llevar por el río y descubrir qué tan grande es este mundo. No llores, no te entristezcas, y no trates de buscarme…
-Flori, tengo que irme. Recuerda cuidarte, gana dinero pero también gástalo en ti, cómprate ropa, bolsos, joyas. Las chicas deben arreglarse, y tú, tan linda como eres, seguro atraerás a chicos maravillosos… Y mírame, hablando sin parar, no diré más. Se está haciendo de noche, tengo que irme…
-Flori, recuerda comer bien, dormir bien y quererte mucho. Cuando me extrañes, ve al Río Azul; me convertiré en una brisa para acompañarte…
La grabación terminó, y la casa quedó sumida en un silencio sepulcral.
Floriana estaba llorando intensamente, aunque no emitió un solo sonido.
Presionó el teléfono contra su pecho, sus labios pálidos temblaban mientras decía: -Lulu, ya no tengo mamá.
-Aún me tienes a mí.
Luna la abrazó llorando. -Flori, aquí estoy, siempre estaré contigo… No tengas miedo, pase lo que pase, estaré a tu lado siempre.
Floriana cerró los ojos, y un sollozo escapó de su garganta…
10.15
Capítulo 99
Tres días después, Floriana organizó el funeral de Rosa.
Compró un terreno junto al río para el entierro, aunque no encontraron el cuerpo, por lo que solo pudieron erigir un cenotafio para Rosa.
La familia Jaramillo había cortado lazos con Rosa hace cinco años, pero su madre todavía
vivía.
Floriana lo pensó mucho y decidió enviar una invitación al funeral a la familia Jaramillo.
Finalmente, nadie de la familia Jaramillo asistió, solo enviaron una corona de flores a través de
alguien.
Floriana, vestida de luto, observó cómo los trabajadores colocaban las coronas en un rincón.
Sus pestañas temblaron un poco, y desvió la mirada.
En el salón contiguo, la gente iba y venía, entre llantos y palabras de consuelo.
Solo el salón de Rosa estaba vacío y lleno de tristeza.
Desde que comenzó el funeral, ya había pasado media hora, y solo los empleados del estudio de Floriana y los padres de Luna habían ido a rendir homenaje.
Floriana no se sorprendió.
En ese momento, se escucharon pasos en la puerta.
Luna se volteó y al ver a la persona que llegaba, se sorprendió un poco. -Dr. Quijano.
Guillermo asintió con la cabeza. -No llegué tarde, ¿verdad?
-No, no. -Luna lo invitó a pasar-. Es muy bueno que haya venido.
Guillermo rindió homenaje a Rosa y luego miró a Floriana, suspirando suavemente. -Señorita Sagel, mis condolencias.
18-12