Capítulo 304
Orlando le contó a Tito lo que había pasado ese día y este le respondió: “Mi padre y mi abuelo tienen una buena impresión de Paulina y su abuela, probablemente tenga algo que ver con
eso.”
Orlando pensó que Alejandro prestaba bastante atención a Paulina y que era especial para él. ¿Pero acaso no era un poco precipitado que Alejandro tuviera tan buena impresión de Paulina después de solo haberla visto una vez? Sin embargo, como Tito lo había dicho, Orlando no profundizó más.
El pronóstico del tiempo indicaba que por la tarde llovería, e incluso podría nevar. Aún no habían terminado de comer cuando Paulina notó que había empezado a llover afuera.
Después de la comida, Alejandro y otros funcionarios conversaron más a fondo con Paulina y otros representantes empresariales sobre la situación de producción y operación del año pasado y los planes de desarrollo para ese año. Tras agradecer nuevamente a las empresas por su contribución al desarrollo económico de Fuente de la Felicidad, la reunión entre el gobierno y las empresas concluyó oficialmente.
Después de la reunión, Armando y Paulina se despidieron de Alejandro y los demás funcionarios con un apretón de manos, y se dispusieron a marcharse. Al estrechar la mano de Alejandro, este le advirtió a Paulina: “Hoy el clima está especialmente frío, escuché que hay una capa de hielo en el camino y está resbaladizo, conduce con cuidado.”
Paulina respondió: “Lo haré, gracias, Sr. Alejandro.”
Paulina y Armando, junto con otros representantes empresariales, se dirigieron al estacionamiento en la carretera exterior. Armando estaba a su lado y le dijo: “Con esos tacones, es difícil caminar, ten cuidado.”
Diciéndolo delante de tanta gente, Paulina no pudo evitar responder: “Gracias por su preocupación, Sr. Armando, tendré cuidado.”
Sin embargo, en esa situación, recordó un incidente del año pasado en una feria tecnológica. En esa ocasión, fueron a un restaurante a cenar y ella se cayó accidentalmente; él, para evitar malentendidos, ni siquiera se molestó en ayudarla. Pero en aquel momento… El tono de Armando al decir eso no era ni muy alto ni muy bajo. Además, mientras lo decía, seguía hablando con otros empresarios. Él le habló a Paulina con un tono familiar, y dado que fue él quien tomó la iniciativa de hablarle, varios de los representantes empresariales presentes, incluido Orlando, lo escucharon.
Entre los representantes empresariales, además de Orlando, había varios que recordaban haber estado en la cena de la feria tecnológica con ellos. La Conquista Comercial había emergido a finales del año pasado, lo que aumentó significativamente la notoriedad de Paulina en su círculo empresarial. En aquel momento, muchos creían saber cuál era su relación con Jaime. Claro que muchos todavía recordaban el incidente en la feria tecnológica donde Paulina “intencionalmente se cayó” para seducir a Armando, y él no se dejó llevar. Pero en aquel momento… Si Armando se preocupaba por Paulina solo por cortesía debido a la colaboración
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entre Red Nova y La Conquista Comercial, ¿por qué no agregó un “Srta. Paulina” antes de hablar? Su tono familiar al mostrar preocupación sonaba bastante ambiguo. ¿Acaso Armando había cambiado de parecer y realmente se había dejado seducir por Paulina?
Orlando no asistió a la feria tecnológica, así que no sabía sobre el supuesto intento de Paulina de seducir a Armando. Solo sabía que si antes Armando había hablado con Paulina y él no había podido escuchar qué decían, lo que había oído en aquel momento no podía ser una ilusión, ¿verdad? También pensaba que Armando se sentía atraído por ella, como si estuviera dispuesto a tener una aventura pública. Con ese pensamiento, Orlando miró a Armando y a Paulina, mientras su expresión se volvía fría de inmediato.
Sabiendo que llovería ese día, Paulina había llevado un paraguas a propósito. Pero afuera, el viento helado soplaba como cuchillas, cortando sus mejillas con un dolor agudo. Aunque sabía que ese día llovería y nevaría, Paulina pensaba que ya estando en febrero, con el clima de Fuente de la Felicidad, la nieve no sería tan intensa y se derretiría rápidamente, por lo que el suelo no estaría demasiado resbaladizo.
Sin embargo, las condiciones de hielo en las calles resultaron ser mucho más serias de lo que había anticipado.
Al salir por la puerta, sintió que los escalones estaban un poco resbaladizos, y preocupada por caer, caminó con precaución. Personas que no conocían bien a Armando pasaban rápidamente por su lado, mientras que él permanecía a su lado, sin mostrar prisa por irse. Los empresarios que conocían bien a Armando lo miraban con ojos burlones y Orlando se detuvo, a punto de decir algo. En ese momento, Paulina resbaló hacia adelante, a punto de caerse, pero Armando, que estaba a su lado, rápidamente la sujetó por la cintura para sostenerla y, sin que ella reaccionara, la levantó en sus brazos.
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