Capítulo 323
Paulina más o menos sabía lo que estaba pensando.
Estaba a punto de decir que no pasaba nada cuando Consuelo entró y al ver a Lidia, la regañó:
“¿Dónde andabas? ¿Sabes cuánto tiempo llevo buscándote? Ni siquiera contestabas el teléfono, tú…”
Antes de que pudiera terminar, vio a Paulina de espaldas y su expresión se enfrió.
En ese momento, una empleada se acercó a Paulina y le dijo: “Srta. Paulina, ya hemos. empaquetado toda la ropa que pidió, aquí está la cuenta, son quinientos ochenta y nueve mil setecientos sesenta y cuatro dólares, ¿puede verificarlo?”
Paulina asintió y tomó la cuenta. Estaban en una tienda de la marca LV, y todo lo que Paulina compró estaba empaquetado y había sido colocado en el suelo, llenando más de treinta
bolsas.
Paulina revisó la factura, y una vez que confirmó que todo estaba bien, le entregó la tarjeta a la empleada.
Consuelo y Lidia quedaron sorprendidas. ¿Paulina había gastado casi seiscientos mil dólares en ropa de una sola vez? Pero Consuelo rápidamente reaccionó, pensando que Paulina estaba tratando de aparentar que estaba bien, aunque no fuera así. Después de todo, si no fuera por Armando, con la situación económica actual de la familia Lobos, ni siquiera Mercedez podría gastar tanto en ropa en un año. La familia Romo estaba pasando por dificultades económicas, y Paulina realmente no tenía muchas habilidades, ¿de dónde podía haber sacado el dinero?
Lidia, por otro lado, estaba un poco preocupada. Había oído que aunque la familia Romo no había quebrado, su situación tampoco era buena, y gastar tan a la ligera quinientos o seiscientos mil en ropa…
Consuelo se rio con desprecio pero no dijo nada más, en cambio le dijo a Lidia: “Tu tío ya casi tiene lista la comida, ¿quieres que todos te esperen para empezar a comer? ¿Por qué no te apresuras?”
Al escuchar eso, Lidia miró a Paulina y asintió antes de seguir rápidamente a Consuelo. Ya había oído que la casa de la familia Lobos había sido comprada por Armando para Beatriz por más de sesenta millones. Esos sesenta millones no incluían el costo de los muebles y decoraciones caras. Consuelo mencionó que solo los jarrones del salón valían más de un millón, y fueron un regalo de Armando para Mercedez cuando se mudaron a la villa. Además, había otras decoraciones costosas.
Lidia también venía de una familia adinerada, pero nunca había visto una villa tan lujosa y de alta gama. Estuvo asombrada durante toda la visita, caminando con mucho cuidado. Temía romper accidentalmente alguna de esas piezas valiosas.
Alicia Saavedra, cómodamente sentada en el sofá comiendo algunos bocadillos, se rio al ver su expresión de sorpresa.
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Capitulo 323
Mercedez bajó las escaleras con un aire de despreocupación, y al ver a Lidia tan tensa,
comentó sin darle importancia: “Son solo adornos, no te pongas nerviosa. Si se rompe algo, se reemplaza y ya.”
El tono de Mercedez mostraba que realmente no le importaban esas cosas y Lidia se quedó asombrada al escucharla. ¿Desde cuándo Mercedez se había vuelto tan rica?
Alicia sonrió con orgullo y dijo: “Mi cuñado tiene mucho dinero y es generoso con mi prima. Si mi prima quisiera, podría romper estos adornos todos los días y mi cuñado felizmente le compraría más para que los siguiera disfrutando.”
Lidia no sabía qué decir. Había escuchado que Armando era muy bueno con Mercedez, dándole dinero, acciones, presentándole contactos, ayudando a la familia Lobos a establecerse en Fuente de la Felicidad… Pero escucharlo era una cosa, y verlo con sus propios ojos era otra. Además, había oído que Armando parecía ser muy tacaño con Paulina.
Cuando la familia Romo tuvo problemas, él no quiso ayudar. Pero con Mercedez era tan
generoso…
