-¿Solo por un artículo ya se cree que es mejor que mi hermana?
Sin embargo, ni siquiera tuvo oportunidad de soltar esas palabras, porque Mercedez se adelantó, interrumpiéndola de inmediato.
-Sr. Burgos tiene razón, en cuanto pueda, me gustaría aprender mucho de la señorita Paulina.
Qué hábil, pensó Alicia. Sabe adaptarse a cualquier situación.
Jaime, al escucharla, solo resopló para sus adentros.
Mercedez y Paulina nunca se han llevado bien, y ahora Jaime sale con que Mercedez debería ir a aprender del trabajo de Paulina. Eso, para cualquiera, sonaba a burla en toda la extensión de la palabra.
El gesto de Orlando se endureció de inmediato.
Él no estudió inteligencia artificial, así que para ser sinceros, no tenía ni idea del peso real de la publicación de Paulina.
Pero al escuchar a Jaime, notó lo mismo que Alicia: aunque el señor Smith la recomendara, ¿y qué? ¿Solo por un artículo ya iban a tratarla como si fuera algo del otro mundo?
Beatriz también puso cara de pocos amigos.
Alicia apretó los labios, frustrada: justo iba a saltar con algo, pero al ver que Mercedez le había ganado el paso, se contuvo. Aunque la rabia hervía por dentro, no dijo nada más.
En ese momento, la secretaria Ana se acercó a Jaime y le comunicó:
-Sr. Burgos, hace un momento llamó Kiewit Smith. Dice que en uno de estos días viajará personalmente al país y espera poder platicar con usted y la señorita Paulina.
Jaime ni se inmutó y respondió con calma:
-Avísale que no tengo tiempo para recibirlo.
-Muy bien -Ana volteó entonces hacia Paulina. ¿Y usted, señorita Paulina? El señor Smith mencionó que si el Sr. Burgos no puede, no tendría problema en venir solo para verla a usted. Dice que en su artículo encontró muchas ideas brillantes, y que le encantaría profundizar con usted en el tema.
Paulina contestó sin titubear:
-Tampoco tengo tiempo, por favor recházalo de mi parte.
-Entendido.
Al escuchar esto, tanto Orlando como Alicia no pudieron evitar que sus expresiones cambiaran.
Con lo que representa el señor Smith en el mundo de la inteligencia artificial, que él mismo haya impulsado el artículo de Paulina ya era de por sí sorprendente. ¿Ahora también quería volar expresamente solo para conocerla?
¿Será que lo de Paulina sí es tan impresionante como lo pintan?
Mercedez, que conocía bien el peso del profesor Smith en el sector, se quedó aún más desencajada al saber que su propio maestro estaba ansioso por conocer a Paulina. Ni siquiera Orlando o Alicia se vieron tan afectados.
Por su parte, Alfredo no tenía la menor idea de quién era Kiewit Smith ni lo que significaba en el área de IA.
Pero de algo sí sabía: cómo revisar tendencias en la red.
Viendo que el ambiente en el salón se había puesto intenso y que todos discutían sobre el dichoso artículo, decidió sacar el celular y buscar en internet lo que estaba pasando.
Apenas abrió la aplicación, se topó con la noticia: el tema de la publicación de Paulina ya había escalado hasta los primeros lugares de tendencias. Los comentarios estaban llenos de elogios desbordados, muchos decían que Paulina y Jaime estaban rompiendo el dominio de la Unión Panamericana sobre la inteligencia artificial, que estaban llevando la tecnología nacional a otro nivel y cambiando las reglas del juego.
Alfredo se quedó de piedra.
Volteó a ver a Paulina, y todavía sin salir de su asombro, se acercó a Armando y le preguntó en voz baja:
16.02
Capítulo 405
-¿A poco Paulina es tan fregona como dicen?