Capítulo 408
Capítulo 408
Aunque Paulina Romo y Jaime Burgos le pidieron a Ana que rechazara la invitación de Kiewit Smith para reunirse, dos días después, Kiewit Smith apareció sin avisar.
Ya que se tomó la molestia de ir personalmente, Paulina y Jaime no podían simplemente ignorarlo por completo.
Lo recibieron de manera simbólica; después de platicar con él unos diez minutos, le dieron las gracias y le pidieron que se retirara.
Más tarde, cuando Kiewit Smith intentó volver a agendar una cita, ambos lo ignoraron por
completo.
Paulina y Jaime se mantuvieron firmes. Al no poder verlos, al día siguiente Smith invitó a Mercedez Lobos a comer.
Durante la comida, Smith conversó un rato sobre temas de la industria y luego le dijo:
-Si hubieras entrado a trabajar en La Conquista Comercial el año pasado, seguro habrías crecido mucho. Qué lástima.
La vez anterior que se vieron, Smith ya le había preguntado cómo le iba.
Cuando supo que ella no había entrado a La Conquista Comercial, no comentó nada. Pero ahora, al recordarlo, se le notaba cierta nostalgia.
Mercedez entendía muy bien lo que
insinuaba.
La tesis de “Paulina” había causado un gran revuelo, tanto en el país como en el extranjero.
Muchos en el sector decían que, si La Conquista Comercial se atrevía a compartir un descubrimiento tan importante en un artículo, era porque seguramente tenían aún más tecnología impresionante que no habían revelado al público.
Mercedez lo creía totalmente.
El año pasado, su interés por trabajar en La Conquista Comercial venía precisamente por el lenguaje de programación que habían desarrollado. Jamás imaginó que la empresa avanzaría tanto en tan poco tiempo.
Si hubiera sabido lo que iba a pasar, el año pasado habría hecho hasta lo imposible por entrar.
Como Smith decía, de haber trabajado ahí, ya habría crecido muchísimo en lo profesional.
Si se hubiera quedado en La Conquista Comercial dos o tres años, seguro que al salir sería capaz de levantar la empresa de tecnología de su familia ella sola.
Ahora que lo pensaba, se daba cuenta de que cuando Paulina la frenó para no entrar a La Conquista Comercial, no solo la privó de conocer a alguien como Jaime; también le había quitado una oportunidad clave para desarrollarse personalmente.
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Smith preguntó:
-¿Todavía piensas en entrar a La Conquista Comercial?
Por supuesto que sí.
Pero mientras Jaime mantuviera esa actitud hacia Paulina, ella no tendría ninguna
oportunidad.
Claro que no iba a decirle eso a Smith.
Solo respondió:
-Ahora tengo mi propia empresa de tecnología y antes ya trabajé con La Conquista Comercial. Por temas de seguridad tecnológica, el señor Burgos seguramente no consideraría que yo entrara a trabajar ahí.
Smith, al escucharla, no pudo ocultar su decepción:
-Ya veo…
El viernes por la mañana.
Paulina acababa de regresar de correr cuando la abuelita Frias la llamó para invitarla a cenar.
Ya hacía meses que no se veían; después de tanto tiempo, Paulina no tenía razón para rechazar la invitación.
Justo iba a contestar cuando la abuelita Frias añadió:
-Voy a invitar también a Armando y a Josie, Pauli, ¿te molesta?
Paulina, tranquila, respondió:
-No me molesta.
Y decía la verdad.
En realidad, no le molestaba.
Más allá del trabajo, solo por Josefina Frias, era casi imposible que ella y Armando Frias dejaran de tener contacto en el futuro.
La abuelita Frias lo entendía: Paulina podía contestar con tanta naturalidad porque ya había dejado atrás lo de Armando.
Ya que lo había superado, si solo lo veía como el papá de su hija, ¿qué tenía de malo sentarse a cenar juntos en paz?
Pensando en esto, la abuelita Frias no sabía si alegrarse o sentirse triste.
Después de colgar, Paulina volvió a la oficina. Al abrir su computadora, vio que Smith le había mandado un correo.
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Capitulo 408
En el correo preguntaba si alguna vez había visitado la Unión Panamericana. Le decía que, si algún día quería ir, él podía hacerle de guía y mostrarle los paisajes más bonitos de A. Además, le ofrecía presentarle a los grandes empresarios del país y le contaba sobre los proyectos más importantes de las empresas líderes de allá.
Aunque Smith decía que era una invitación para turistear, en realidad estaba tratando de convencerla para cambiarse de empresa.
Al hablarle de los proyectos de esas compañías, le daba a entender que, si aceptaba, la tratarían con enorme consideración.
Paulina lo captó al instante. Le contestó que por ahora no tenía planes de salir del país y luego.
cerró el correo.
Por la tarde, después del trabajo, Paulina fue directamente al restaurante donde la abuelital Frias había reservado un privado.
Cuando llegó, la abuelita Frias ya estaba ahí.
Apenas se sentó, la puerta del privado se abrió de golpe y Josefina entró corriendo, emocionada:
-¡Mamá!
Paulina solo pudo abrir los brazos para recibir el abrazo de Josefina.
Junto a Josefina venía Fabiola, pero Armando no aparecía por ningún lado.
Josefina se sentó pegada a Paulina y, mientras la abuelita Frias les ofrecía el menú para que pidieran, comentó:
-Hoy en la mañana le llamé a Armando, pero dijo que no tenía tiempo y no iba a venir. Bah, si no quiere venir, pues nosotras solas. Como si nos hiciera falta.
Paulina sonrió ante el comentario y solo asintió con la cabeza.
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