Capítulo 410
-Ya que viniste, ¿por qué no te quedas un rato a convivir con nosotros? -le propuso Aarón a Armando, con una sonrisa amistosa.
-Va, me quedo -respondió Armando, sin dudar.
Después de ese breve saludo, Aarón volteó hacia Alejandro, Jaime y los demás, retomando la conversación-. ¿En qué nos habíamos quedado?
-Estábamos platicando de qué hacer si descubrimos que un explorador de otro país entra en nuestra zona de control -explicó Jaime–¿Cuál sería la forma más adecuada de manejar la situación?
Al escuchar esto, Mercedez no pudo evitar sumirse en sus pensamientos, analizando el dilema.
Aarón sonrió y lanzó la pregunta- ¿Tú y Pauli qué opinan?
Justo antes, Jaime y Paulina no habían tenido la oportunidad de pensar detenidamente en el asunto, pues la llegada de Armando y Mercedez interrumpió el hilo.
Ahora que Aarón volvió a preguntar, Paulina y Jaime se quedaron en silencio un instante.
Mercedez sintió cómo su mente se distraía de pronto.
¿Pauli?
Aarón le decía “Pauli” a Paulina como si fueran muy cercanos.
Además, notó que la mirada de Aarón hacia Paulina era especialmente amable, como si de verdad la admirara.
Frunció ligeramente el ceño.
Apenas se formó esa idea en su cabeza, Paulina habló de repente-. ¿Por qué no tomar el control del explorador y luego devolvérselo al otro país?
Apenas terminó de hablar, Aarón y Antonio se echaron a reír.
Jaime la miró con cara de haber tenido una revelación y le levantó el pulgar en señal de aprobación.
Aarón no la juzgó ni para bien ni para mal; solo sonrió y preguntó con calidez-. ¿Tan segura estás de tus habilidades?
Paulina dudó un momento, luego contestó-. Pues… creo que no sería tan complicado.
Esta vez, Alejandro también sonrió-. Cuando alguien es bueno en lo que hace, se nota hasta en la manera en que responde.
-Exacto -afirmó Aarón, con entusiasmo.
Nuestro país siempre ha buscado la paz y mantiene buenas relaciones con todos los vecinos.
Si el explorador de otro país entra en nuestra zona de control, ya sea por accidente o a propósito, lo correcto es devolverlo. Así se evitan conflictos innecesarios.
Pero, aunque la estrategia parezca educada y tranquila, en el fondo es una forma de restregarles a los otros que superamos su tecnología.
Si pueden tomar el control del explorador sin activar la alarma, demuestran que técnicamente están muy por encima.
Cuando el otro país se entere de cómo pasó todo, seguramente se enojará bastante, pero también aprenderá a tener más respeto.
Al principio, Mercedez no entendía qué tenía de bueno la propuesta de Paulina.
Sin embargo, al escuchar cómo los demás analizaban la parte técnica del asunto, comprendió que la respuesta de Paulina podía servir para mostrar el poderío tecnológico de su país.
Eso…
La verdad, ni se le había pasado por la cabeza.
Al darse cuenta de esto, la expresión de Mercedez se ensombreció un poco.
Pero… aunque Paulina lo haya dicho bonito, ¿de verdad sería capaz de hacerlo?
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¿O será que, después de ver cómo la prensa y los internautas de todo el mundo la alaban, hasta ella misma se convenció de que puede con todo?
Justo mientras pensaba en eso, notó que Armando miraba a Paulina con una chispa de admiración en los ojos, como si también apreciara mucho su idea.
Mercedez se quedó perpleja.
¿Será que él también cree que Paulina…?
En ese momento, Antonio intervino-. Armando, ¿entonces tú piensas igual que Pauli?
-Así es respondió Armando, sin rodeos.
Mercedez apenas estaba procesando la respuesta, cuando Antonio añadió-. ¿Y cuáles serían las ventajas de hacer eso? Armando se encargó de explicar los detalles y los beneficios de esa estrategia.
Al escuchar la explicación, Mercedez por fin entendió que, además de la parte técnica, había mucho más en juego de lo que imaginaba.
Por la reacción de Jaime, Aarón e incluso Armando, parecía que todos ellos habían captado al vuelo lo ingenioso de la propuesta de Paulina.
Pero ella, Mercedez, recién lo entendió cuando Armando lo expuso de manera clara.
Mientras pensaba en eso, vio que Antonio la miraba con una sonrisa-. ¿Señorita Mercedez, por qué esa cara de preocupación? ¿Hay algo que no haya quedado claro?
S
Antonio parecía haber notado que apenas había logrado alcanzar la lógica del grupo, por eso se lo preguntó de manera tan directa.
Aunque la pregunta venía acompañada de una sonrisa y probablemente era con buena intención, Mercedez sintió cómo le ardían las mejillas.
Sin embargo, logró recomponerse rápido y admitió con humildad-. La verdad, acabo de ponerme al corriente con ustedes.