Capítulo 429
El jueves por la noche, Paulina asistió a una cena de gala junto a Jaime, quien acababa de regresar de un viaje de trabajo.
Apenas llegaron, Paulina divisó a Mercedez y a Alicia Saavedra entre los invitados.
Ellas también notaron su presencia de inmediato.
Alicia, al ver a Paulina, no pudo ocultar su desagrado. -¿Por qué tiene que estar en todos lados? -le murmuró a Mercedez con fastidio.
Paulina decidió ignorarlas. Tras platicar un rato con los anfitriones del evento junto a Jaime, notó que Teófilo Cruz se acercaba hacia ellos.
Teófilo, enterado de que Paulina asistiría a la cena, había pedido especialmente que le consiguieran una invitación para poder verla.
Esa noche, Paulina llevaba un vestido largo y ajustado, sencillo, de color negro, que resaltaba su figura. Su cabello, liso y oscuro, caía perfectamente sobre sus hombros, dándole un aire enigmático y reservado, pero al mismo tiempo la hacía destacar entre todos los presentes.
A Teófilo le parecía que cada vez que coincidía con ella en un evento, Paulina lograba sorprenderlo aún más.
No era la primera vez que coincidían en una fiesta de ese tipo. Por eso, al verlo, Paulina simplemente comentó:
-¿Tú también viniste?
Teófilo, ocultando la fascinación en su mirada, asintió.
-Sí.
Se escuchaba que esa noche también estaría presente Dane Turner.
Dane Turner era un buen amigo de Smith, y ambos tenían una reputación parecida por sus aportes al campo de la inteligencia artificial.
Durante su época de doctorado, Mercedez había coincidido un par de veces con Dane.
No es que fueran cercanos, pero al menos se reconocían.
Al enterarse de que Dane estaba ahí, Mercedez se animó a saludarlo.
-Señor Dane, cuánto tiempo sin vernos.
Dane apenas asintió con la cabeza.
Mercedez sonrió, aliviada de que él aún la recordara, y estaba a punto de continuar la conversación, cuando Dane, que no parecía interesado en platicar con ella, giró la cabeza hacia su asistente y preguntó:
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-¿Ya llegaron Paulina y Jaime?
—Sí, ya están aquí.
Los ojos de Dane brillaron. Sin prestar atención al grupo de personas que intentaban acercarse para conversar con él, se excusó con una sonrisa:
-Me dijeron que Paulina y Jaime ya llegaron. Si me disculpan, voy a buscarlos, sigan disfrutando.
El anfitrión de la fiesta le lanzó una broma:
-¿Tienes tantas ganas de platicar con el señor Burgos?
-En realidad, para serte sincero, me interesa más Paulina. Me parece que es incluso más impresionante.
Tras despedirse a toda prisa, se encaminó directo hacia Paulina y Jaime.
El desdén de Dane dejó a Mercedez con una sensación incómoda.
Alicia, al notar el desplante, no pudo evitar quejarse:
-¿Qué le pasa a ese tipo? ¿No que era amigo de Smith? Ni siquiera te saludó bien…
Mercedez, tratando de mantener la compostura, la interrumpió:
-Ya, olvídalo.
Viendo el gesto adusto de su amiga, Alicia prefirió callarse, temerosa de empeorar la situación.
Mientras tanto, Dane llegó hasta donde estaban Paulina y Jaime. Apenas los tuvo enfrente, se presentó con entusiasmo y comentó:
-He leído tu artículo varias veces. Es realmente fascinante.
Paulina, tras finalizar el apretón de manos, le respondió:
-Señor Dane, qué amable es usted.
Aunque el trabajo de Paulina se había publicado hacía apenas unos días, ya había recibido invitaciones de varios de los congresos internacionales más importantes de inteligencia artificial, deseando que asistiera como ponente. Sin embargo, Paulina había preferido rechazar todas esas propuestas.
Como Paulina no pensaba viajar, Dane decidió venir en persona a conocerla.
Ahora que por fin la tenía enfrente, Dane no paraba de hacerle preguntas e intercambiar ideas
con ella.
Al principio el tema giraba en torno a su publicación, pero pronto la conversación se amplió a otros campos de la inteligencia artificial.
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Capitulo 429
No importaba si Dane preguntaba sobre la historia del área o sobre las tendencias actuales, Paulina siempre encontraba la forma de responder, citando anécdotas, aportaciones y detalles técnicos con soltura. Cuando Dane mencionaba a algún investigador y el año en que publicó determinado artículo, Paulina no solo identificaba el trabajo, sino que resaltaba sus puntos clave y aprovechaba para referirse a dos o tres investigaciones relacionadas, extrayendo lo más relevante para profundizar la charla.
Así, la conversación entre ambos se fue tornando cada vez más técnica y animada, dejando a todos a su alrededor con la sensación de que estaban presenciando un auténtico duelo de
titanes.
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