Capítulo 423
“¡Claro, Verónica! Si dices que no soy Zuly, jentonces muestra las pruebas!” Zulma se secó las lágrimas con la mano y miró a Verónica con una expresión de quien está segura de su inocencia. Sin embargo, oculta detrás de Adolfo, cuando él no la veía, Zulma lanzaba miradas desafiantes hacia Verónica. Sus ojos parecían decir: ¿tienes el valor de presentar pruebas?
Zulma disfrutaba viendo cómo Verónica, a pesar de conocer la verdad, no podía hacer nada contra ella. ¿Qué importaba si Verónica era Zuly? Solo con sus palabras, Adolfo nunca le creería. La única persona que podía demostrar que ella no era quien decía ser, ya no podía hablar. ¿De qué tenía que preocuparse?
En el momento en que Adolfo preguntó “¿tienes pruebas?“, la razón de Verónica comenzó a regresar lentamente. Había perdido la memoria de su infancia y de los momentos con Adolfo, y su madre estaba en coma por culpa de Zulma, lo que le impedía demostrar que ella era la verdadera Zuly. Impulsada por la rabia ante la defensa incondicional de Adolfo hacia Zulma, Verónica había hablado sin pensar, afirmando que Zulma no era Zuly, aun sabiendo que no tenía pruebas. Dado que no tenía evidencia y Adolfo claramente no le creía, no tenía sentido seguir insistiendo. Persistir solo la llevaría a humillarse a sí misma.
Dos años atrás ya había comprendido que, sin pruebas contundentes en la cara de Adolfo, él nunca creería en sus palabras.
Verónica apretó con fuerza sus manos, respirando profundamente para calmar la ira y el odio que hervían en su interior. Se obligó a calmarse en el menor tiempo posible.
No tenía pruebas sobre la muerte de Pilar y su abuela. Pero esta vez, tenía testigos de que
Zulma había incitado a la cuidadora a asesinar a su madre.
Verónica alzó la vista, mirando fríamente a Zulma. No quiso perder más tiempo y sacó su teléfono del bolsillo. Delante de ambos, llamó directamente a la policía: “Hola, quiero denunciar a Zulma por incitar a la cuidadora a asesinar a mi madre.”
Las palabras de Verónica congelaron la sonrisa en los labios de Zulma, quien instintivamente miró a la cuidadora, la cual yacía no muy lejos, acurrucada y desmayada por el dolor. Había venido para ver a Verónica en su estado de sufrimiento. Dos años atrás, había disfrutado viendo cómo Verónica se derrumbaba de dolor al presenciar la muerte de Pilar. En ese momento que su madre se había convertido en una planta viviente, un cadáver viviente, ¿cómo
reaccionaría Verónica? Verónica en sufrimiento era su deleite.
No esperaba que, al llegar a la puerta, escuchara a Verónica afirmar frente a Adolfo que ella no era Zuly, aun sabiendo que no tenía pruebas. Lo que había ocurrido antes en la habitación era desconocido para Zulma. Pero el significado de las palabras de Verónica era claro: esta mujer inferior la estaba acusando falsamente. Zulma no sabía qué había dicho la cuidadora, pero sin conocer todos los detalles, no podía perder la compostura. Solo tenía un pensamiento: no admitiría nada, sin importar las circunstancias.
Zulma levantó la mirada hacia Verónica, con una expresión de indignación tras ser acusada falsamente, y exclamó con furia: “¿Verónica, estás loca? ¿Qué estás diciendo? ¿No
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Capitulo 423
descansarás hasta que me incrimines?”