Capítulo 450
La pequeña Yesenia ya había heredado las habilidades de su madre. Aparentaba una cosa, pero hacía otra por detrás. Sus diminutas manos se aferraban al brazo de Verónica, clavando las uñas con intención. Yesenia sabía bien que su madre despreciaba a la señora Verónica. Si lastimaba a Verónica, su madre estaría encantada. Verónica, con el semblante frío, sacudió su brazo para liberarse. El contacto con esa madre e hija le resultaba repugnante. A pesar de su aversión, trató de no ser demasiado dura, considerando que Yesenia era solo una niña enferma. Solo usó la fuerza suficiente para soltarse. Pero no esperaba lo que sucedió después…
“¡Ah!” En el instante en que Yesenia fue soltada, se dejó caer hacia atrás, golpeando su cabeza contra la cabecera de la cama con un ruido seco. Esa táctica la había aprendido de su madre y la había visto en la televisión. Siempre que alguien hacía eso, la persona que parecía agresora quedaba sin palabras y despreciada. Ella quería que su papá aborreciera a la señora Verónica, así él no dejaría a su mamá. Anhelaba que sus padres estuvieran juntos. Pero, siendo una niña, no pudo controlar la fuerza, y el golpe fue demasiado fuerte, dejándola inconsciente.
Adolfo estaba a punto de levantar a Zulma cuando escuchó el grito de dolor de Yesenia. Su expresión cambió drásticamente. Se olvidó de Zulma. Al soltarla, Zulma volvió a desplomarse en el suelo. En un abrir y cerrar de ojos, Adolfo corrió hacia Yesenia, tomándola en sus brazos, y con una mirada cargada de furia, miró a Verónica. “¡Vero! ¡Te pasaste de la raya!” Adolfo estaba realmente enfadado. Observando a Yesenia, que respiraba con dificultad en sus brazos, inmediatamente presionó el botón de emergencia. “¡Mejor reza para que Yessie esté bien!”
“Si le pasa algo, será por su culpa.” Verónica no mostró un ápice de compasión. Estaba segura de que no era su responsabilidad. Si Yesenia realmente sufría algo, sería por sus propias acciones.
“¡Verónica!” Zulma exclamó desesperada. “Si le pasa algo a Yessie, no te lo perdonaré.”
“Zulma, si le ocurre algo a Yesenia, será por todas las malas acciones que has cometido.” Verónica se fue.
El doctor llegó para examinar a Yesenia. Recomendó que descansara bien, ya que tenían el donante para el trasplante de riñón, pero necesitaban esperar. Zulma se sentó al lado de la cama, llena de preocupación.
Adolfo, recordando las palabras de Verónica, salió del cuarto para hacer una llamada y entender la situación. Verónica no los habría confrontado sin motivo; algo debía haber ocurrido. La llamada fue larga. Adolfo descubrió que Ramón había tenido un accidente de auto. Su brazo quedó dañado permanentemente, impidiéndole competir. No era de extrañar que Verónica estuviera tan enfadada. Adolfo pidió que investigaran el accidente y colgó el teléfono. Dejó el hospital para buscar a Verónica y explicarle que él no tenía nada que ver con lo sucedido.
Mientras iba en camino, recibió una llamada de Zulma. Yesenia había vuelto a ser llevada de urgencia a la sala de emergencias. Esta vez, no salió de allí. Adolfo rápidamente giró el auto y
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Capítulo 450
regresó al hospital.
“Adolfo, ¿encontraron un donante? Si no se realiza el trasplante pronto, Yessie… No, Yessie no puede morir.” Zulma, desesperada, comenzó a avanzar en su silla de ruedas. “Zulma, ¿qué piensas hacer?”
Adolfo rápidamente detuvo la silla de ruedas. “Adolfo, solo Ramón puede salvar a Yessie. Verónica solo quiere mi vida, ¿verdad? Iré a darle mi vida si eso significa que Ramón ayudará a Yessie. Solo quiero salvar a Yessie, ¡puedo morir por ello!” Zulma sollozaba.
Adolfo miró hacia la sala de emergencias. La vida de Yessie pendía de un hilo. “Iré a buscar a Ramón.” La determinación en los ojos de Adolfo era clara.
