Capítulo 466
¡Desde el principio había confundido a la persona! ¡Había confundido a la persona! Las pupilas de Adolfo temblaron. Desde el momento en que confirmó que Gabriela era su Sra. Gabriela, las emociones en los ojos de Adolfo ya no pudieron ocultarse. Mirando a Gabriela, su visión se volvió borrosa rápidamente, sus labios temblaron ligeramente y susurró con voz entrecortada, “Sra. Gabriela…”
La emoción de recuperar lo perdido. El corazón de Adolfo estaba lleno de sentimientos encontrados. Siempre creyó que su Sra. Gabriela había muerto, y que nunca tendría la oportunidad de devolverle el favor de salvarle la vida. Ahora, al ver a la Sra. Gabriela viva frente a él, no podía calmarse.
“Adolfo, no me llames así, ¡no te lo mereces!” Gabriela también tenía los ojos enrojecidos, pero sus palabras eran frías como el hielo, sin un ápice de emoción. Pensando en el daño que Adolfo había causado a Vero, como madre, deseaba poder destruirlo. Un “no te lo mereces” directo al corazón de Adolfo. Su rostro perdió todo color. Al escuchar la voz completamente indiferente de Gabriela, contrastaba fuertemente con la voz dulce y amorosa que recordaba. El corazón de Adolfo se sentía como si alguien lo estuviera aplastando, y su garganta estaba tan obstruida que le dolía. Sus ojos también se enrojecieron aún más, como si pudieran sangrar. Las palabras de la Sra. Gabriela, no podía refutarlas. De verdad, no lo merecía. La Sra. Gabriela le había salvado la vida, era su salvadora. Y Zuly…
Desde el momento en que supo que Verónica era Zuly, no se atrevía a mirarla. Zuly, como un pequeño sol, lo había calentado, lo había sacado del abismo de la desesperación y le había dado una nueva vida. Fueron ella y su madre quienes le ofrecieron una segunda oportunidad. Había jurado que en esta vida devolvería el favor a la Sra. Gabriela, sería como un hijo para ella junto a Zuly. También había prometido cuidar de Zuly, protegerla, amarla toda la vida. En esta vida, solo la había elegido a ella. Por eso, hace siete años, cuando malinterpretó que Vero lo había manipulado para que traicionara a Zuly, se enfureció tanto. Ella quedó embarazada, hizo que Zuly se fuera y lo obligó a hacerse cargo de ella, lo que lo llevó a tratarla con frialdad.
En ese entonces, no entendía por qué su corazón, que despreciaba tanto la astucia de Vero, aún se sentía atraído por ella. Porque no era Zuly, nunca quiso admitirlo. Se aferraba a la creencia de que no podía enamorarse de otra mujer que no fuera Zuly. Y no se atrevía a enfrentarlo. Durante todos estos años, se había sentido como si estuviera dividido. Su razón le decía que Zulma era Zuly, su amor, su preferencia debían ser para ella. Y así lo había hecho. Pero su cuerpo, sin embargo, no estaba bajo su control, y se sentía atraído por Vero una y otra vez. Cada acercamiento a Vero era una traición a Zuly. Cada traición emocional era una tortura mental. Solo podía tratar a Vero con una actitud más fría, intentando no dejarse atraer por ella. Resulta que nunca había traicionado a Zuly, desde el principio, la única que lo atraía era la verdadera Zuly. Incluso sin haberse reconocido, no podía evitar sentirse atraído por ella. Entre ellos, parecía que todo estaba destinado.
Él tuvo un accidente, y la Sra. Gabriela lo salvó. Se separaron, ella no esperó a que él fuera a buscarla, se perdieron, pero su abuela la salvó.
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Capitulo 466
Después de tantas vueltas, ella aún llegó a su lado. Pero él… no la reconoció.
Adolfo giró la cabeza muy lentamente, mirando a Verónica, a quien había evitado hasta ese
momento.
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